viernes, 11 de marzo de 2011

Día 1 -Vuelo de Bautismo, de 14 horas-

Para quién no voló en su vida, como era mi caso, un vuelo inical de 14 horas de duración, no es poca cosa. Y más si se estará cruzando el charco completito.
Después de despedirme de mi familia, llegué a la Zona Franca y lo ví. Con ésa naricita inofensiva, y su ojo entero de cristal transparente, me miraba, como queriéndo darme la seguridad de que se mantendría en el aire y que no haríamos uso de las máscaras de oxígeno. Yo me propuse creérle, amigarme con él, sonreírle con la complicidad de amigos de antaño, con confianza ciega. No tenía mucho opción en realidad, era éso, o no viajar. Las opciones pocas, y las chance de que me baje de éste sueño, nulas.



Finalmente anunciaron la hora de abordar, y ahí fui. Feliz y contentita, que se me reían hasta los dedos de los pies, con mi maletita y mi carterita, divina, dispuesta, casi empujada por una fuerza invisible (ganas). Fui descubriendo de a poco ése aparato cuasi mágico, me ubiqué, y me abroché el cinturón más rápido que la luz. Ajustada a la vida sería más llevadero.
Después de ubicarse para despegar, aceleró y ahí fue. En la pantalla se iba marcando la altura que tomaba, 38, 90, 300, 5000, 10800 metros de altura. Y yo le tengo miedo a las alturas.
Una cerveza bastó para sumirme en el más profundo sueño durante escasas pero suficientes seis horas.
Duró 14. Pasó por momentos lento, por momentos rápido. Cuando por fin me estaba acostumbrando a la idea de que estaba en el avión, el Capitán anunció que en 25 minutos aterrizaríamos en Barcelona.

  Ya pasó. Ya estoy en tierra firme. Ya pasé el control de Aduana. Obviaron mi cara de narcotraficante y me dejaron entrar a la tierra prometida. Ya estoy en Barcelona, tengo mi maleta, no me robaron nada (es el primer mundo, che!). Ya me recibió mi compañera de trabajo P. junto con su novio D. y me dejaron en el Apartamento. Ya desarmé mi maleta. Ya fui a cenar de mi amiga P. B., argentina, radicada en Barcelona. Su historia es digna de estar entre las de Eliana, ya le tocará el turno. Comimos pastas preparadas por el novio de su amigo G. un tal Dui o algo así, es Taiwanés, no sé como se pronuncia. Linda velada  para cerrar mi primer día en España.

Día 1 superado. Mañana, a trabajar. A ver q pasa....

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